Según la norma ISO-1043/78, el poliestireno expandido se abrevia internacionalmente como EPS (Expanded PolyStyrene), siendo el nombre Styrofoam® una marca registrada. Descubierto en 1948 en los laboratorios de BASF, el material se identifica como un plástico celular rígido, creado a través de la polimerización del estireno (derivado del nafta-petróleo) en agua, perteneciente al grupo de los termoplásticos.
Su característica técnica es que está compuesto por un 98% de aire y solo un 2% de materia prima plástica (en masa). Se utiliza de diversas formas, como embalajes industriales, conservación de productos alimenticios, protección de equipos, artefactos para la construcción civil, aislante térmico e incluso en procesos de fundición de bloques de motores en la industria automotriz.
El proceso de producción no utiliza y nunca ha utilizado gases CFC, lo que hace que los productos finales sean inertes, sin contaminar el suelo, agua y aire.
El EPS es 100% reciclable y reutilizable, y como todo producto utilizado por la sociedad, debe ser desechado en puntos adecuados para su reutilización, reciclaje mecánico o recuperación energética. Según la Política Nacional de Residuos Sólidos (PNRS Ley N° 12.305), la disposición en vertederos debe ser la última alternativa para los residuos sólidos urbanos (RSU), solo después de haber agotado todas las demás posibilidades. Los principales desafíos para reciclar EPS son la relación entre volumen y peso, ya que es extremadamente voluminoso y tiene poco peso. El material no atrae a los recicladores porque no tiene valor agregado después del consumo, lo que dificulta la creación de una cadena de reciclaje.
A pesar de las barreras existentes, Ambipar ha creado de manera pionera un programa de reciclaje mecánico para el EPS, con el objetivo principal de ofrecer a sus clientes y socios una solución ambientalmente adecuada para un material que tenía como destino principal los vertederos.