Por Equipe de Redação
Publicado en 24 de julio de 2023
Áreas de investigación y desarrollo desarrollan productos para construcción y abono orgánico a partir del descarte de la industria
Por Carmen Nery – Para Valor, de Río
Tecnología, innovación y sostenibilidad son el foco de las iniciativas de reaprovechamiento de residuos. Los problemas de diversos sectores terminan convirtiéndose en soluciones creadas por áreas de investigación, desarrollo e innovación de otras empresas. Por ejemplo, una demanda de los sectores farmacéutico y de celulosa para evitar que las cápsulas de colágeno de medicamentos no utilizadas terminaran siendo incineradas o enviadas a vertederos, se convirtió en el proyecto Biocápsulas Sustentables – Transformando Residuos en Árboles, de Ambipar. Las cápsulas ahora reciben semillas de plantas nativas y biomasa compostada de las industrias de celulosa, y son lanzadas de forma remota por drones para el cultivo de árboles en áreas remotas o de difícil acceso.
«La ventaja es la mayor tasa de germinación, porque la cápsula funciona como un tres en uno: protege la semilla contra el sol y los insectos, nutre la semilla con materia orgánica y el colágeno contiene macro y micronutrientes esenciales para el proceso de germinación», dice Gabriel Estevam, jefe de innovación de Ambipar Group. «Tenemos drones de alta capacidad, que cubren casi un hectárea por vuelo, y un sistema automático que prepara casi 30 mil biocápsulas al día. Ya hemos colocado más de 1,5 millones de biocápsulas en varios biomas.»
Los residuos de papel y celulosa de Bracell, International Paper, Klabin y CMPC también son reutilizados por Ambipar, transformándose en el acondicionador de suelos llamado Ecosolo. El producto mejora la retención de agua en el suelo, fomenta el desarrollo de microorganismos y aumenta la productividad de cultivos como la soja, el maíz y las hortalizas, fomentando la agricultura regenerativa.
«Ecosolo es un fertilizante orgánico a gran escala. Solo en la planta del proyecto Puma de Klabin, en Paraná, producimos más de 200 mil toneladas al año de Ecosolo. También producimos pisos con material inorgánico reciclado», afirma Estevam.
Promaflex creó un proyecto basado en la compostaje de poliuretano y aluminio, residuos de la producción de aislantes térmicos para techos. «El residuo está compuesto por recortes adquiridos por Ibaplac, un fabricante de tejas sostenibles, que utiliza los recortes para producir piezas de esquina», dice Paulo Lisboa, responsable de gestión de innovación en Promaflex.
El grupo Águas do Brasil desarrolla proyectos con empresas, cooperativas e instituciones para transformar el lodo resultante del tratamiento de aguas residuales en abono orgánico, material de construcción y otras alternativas al vertedero. «Lo ideal sería hacer esta compostaje en nuestras instalaciones, como en Águas de Juturnaíba [Araruama, RJ], que utiliza el 100% del lodo. La dificultad es que, a menudo, la planta está lejos, lo que implica el consumo de combustibles fósiles en el transporte, lo cual no tiene sentido [en términos de sostenibilidad]», dice Marilene Ramos, directora de relaciones institucionales y sostenibilidad.
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