Por Equipe de Redação
Publicado en 24 de julio de 2023
Los ingresos de los recolectores aumentan con la orientación a cooperativas, que se espera que crezcan con programas de logística inversa.
Por Marli Lima Iacomini, Para el Valor — Curitiba
Los programas de crédito de reciclaje o logística inversa, que demuestran, a través de la trazabilidad y la factura, la correcta disposición de los envases, han estado creciendo en el país. «La demanda supera la oferta», dice Maíra Pereira, CEO de Ambipar ViraSer, un programa de logística inversa que demostró el reciclaje de 33.000 toneladas en 2022. La expectativa es triplicar esa cifra este año y alcanzar 200.000 toneladas en 2026.
Según Carlos Silva Filho, presidente de ISWA (Asociación Internacional de Residuos Sólidos), los créditos, cuyo modelo considera especialmente importante en países sin una sólida estructura de reciclaje, están funcionando en Brasil, aunque los ve como un paso inicial, dado que la logística inversa es obligatoria en el país desde 2010. «Desde 2020 en adelante, este mercado de créditos se ha estructurado, pero no será suficiente», dice, agregando que el cumplimiento de la ley que estableció la Política Nacional de Residuos Sólidos requerirá acciones contundentes por parte de los organismos ambientales, el Ministerio Público y los tribunales de cuentas.
La tasa de reciclaje en Brasil no alcanza el 3% de las 81,8 millones de toneladas de residuos generados en el país, según la Asociación Brasileña de Empresas de Limpieza Pública y Residuos Especiales (Abrelpe). La meta es alcanzar el 20% para 2040. Se estima que todavía existen 2.300 vertederos a cielo abierto en el país.
Se espera que el crecimiento del reciclaje y de los créditos lleve a la profesionalización de la clasificación de residuos, lo que resultará en un aumento de los ingresos para los trabajadores. Según Pereira, después de la profesionalización de 110 cooperativas por ViraSer, el ingreso mensual promedio de 2.000 recolectores de residuos aumentó de R$ 700 a alrededor de R$ 2.500. «Además de poner fin a los vertederos a cielo abierto, es necesario humanizar esta cadena, generar ingresos y promover el desarrollo social. El trabajo debe realizarse de manera planificada, con un plan estratégico que involucre al gobierno y al sector privado».
Una de las cooperativas respaldadas por ViraSer es la Cooperativa de Trabajo de Recolectores de Reciclables Juntos Somos Fortes, de Santa Bárbara D’Oeste (SP), que tiene como objetivo promover la inclusión social, especialmente para las mujeres vulnerables. El director Antonio Carlos Vianna de Barros explica que la cooperativa obtuvo un terreno del municipio y buscó una asociación para la construcción de las instalaciones, pero debido a la falta de orientación técnica y logística, parte del material recolectado se perdía.
Después de recibir capacitación, cambiaron el diseño productivo y la organización del material, y comenzaron a cuidar la seguridad del equipo. Hoy en día, un subsidio mensual del municipio cubre los costos. El dinero que la industria paga por el material recolectado se convierte en ingresos para los miembros de la cooperativa, que actualmente ascienden a R$ 2.000. «Cuando una madre viene aquí, no viene sola; tiene una familia», dice Elizabete Maria de Lima Matos, presidenta de la entidad.
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